El Maserati Karif, presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1988, fue diseñado con intención deportiva. Estaba propulsado por un motor biturbo de 2.8 litros y su diseño se basó en el chasis acortado del Biturbo Spyder. La distancia entre ejes 114 mm más corta del Karif y la mayor rigidez torsional, gracias a los sillines reforzados del piso del Spyder, mejoraron aún más su rendimiento y manejo. Se eliminaron los asientos traseros del Biturbo, en favor de un espacio adicional para el equipaje detrás de los asientos delanteros, lo que hace que el Karif sea ideal para grandes viajes para dos personas en largas distancias. El Karif se ganó la reputación de ser un automóvil para conductores, y solo 221 ejemplares llegaron a manos de verdaderos entusiastas.